La Santa Rita que perdió La Orotava.
- La Pasión Villera
- 22 may 2019
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En el día de hoy, 22 de mayo, festividad de la agustina Santa Rita de Casia, evocamos el pasado villero de una bellísima talla de la Santa italiana, que por los avatares de la historia hoy posee el vecino municipio de Santa Úrsula.
Atribuida a Fernando Estévez, realizada en torno a 1835, con cabeza, manos y pies en talla y vestidos de telas encoladas, sostiene un crucifijo en las manos, seguramente obra del mismo escultor.
Imagen de Santa Rita. Parroquia de Santa Úrsula. En el municipio homónimo.
Según Pedro Tarquis, perteneció a un convento de Nuestra Señora de Gracia, actual San Agustín, pasando a Santa Úrsula, tras la promulgación de las leyes desamortizadoras.
Dicha imagen, de una belleza y piedad sobrecogedoras recibió culto (según los entendidos en la materia) en la capilla que da acceso al coro alto de San Agustín.
Una joya que la Villa perdió, como otras tantas, durante la desamortización.
No obstante actualmente se mantiene en San Agustín la devoción a la Santa agustina, gracias a la donación por parte de una de las familias pudientes del casco histórico de una imagen de los talleres de olot, que procesionó en las primeras décadas del siglo XX. Existe la tradición de repartir rosas bendecidas —uno de los atributos iconográficos de Santa Rita de Casia— en la misa en su honor; el día de su festividad.
La actual imagen de Santa Rita que recibe culto en San Agustín.
A su vez en la iglesia de San Juan Bautista del Farrobo, se encuentra en una hornacina inferior del retablo de San Juan, una pequeña y preciosa talla de estilo sevillano obra de Luis González Rey. La misma fue donada por una familia de la Villa a la parroquia.
Imagen de Santa Rita. Parroquia de San Juan Bautista.
Sobre Santa Rita, apuntes biográficos.
Nacida en Casia (1381), su nombre es probablemente una abreviación de Margherita. A pesar de que quería ser monja, fue casada con un hombre del pueblo, con quien tuvo dos hijos. Su esposo le causó muchos sufrimientos, y debido a sus muchos enemigos fue asesinado. En 1417 también murieron sus hijos. Ya sin obligaciones familiares, fue aceptada en el convento de Santa María Magdalena (orden de San Agustín) en Casia. Tenía 36 años.
Iconográficamente representa el suceso ocurrido en 1428, cuando recibió de Cristo una larga astilla de madera clavada en el hueso de la frente. Cada madrugada el estigma se le abría, hasta que empezó a expeler un fuerte olor inmundo, que se mantuvo el resto de su vida.
Al final de su vida, la visitó su prima de su aldea de Rocca Porena. Le preguntó si quería algo y Rita le pidió que le llevara una rosa del jardín del convento. En pleno invierno, la prima creyó que no encontraría nada, pero cuál no sería su sorpresa al encontrar un pimpollo de rosa. Se lo llevó a Rita. Esa rosa representaría el amor de Cristo hacia Rita, y la capacidad de Rita de interceder por las causas imposibles. De ahí el reparto de rosas en este día.
*Redacción Pasión Villera*
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