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La suntuosidad de Getsemaní inunda la Villa. La Crónica de la Tarde del Domingo de Ramos.

  • Foto del escritor: La Pasión Villera
    La Pasión Villera
  • 15 abr 2019
  • 1 Min. de lectura



De la tarde de un Domingo de Ramos, no se puede contar, hay que vivirlo.


Hay que vivir esa salida en que el olivo rosa a la puerta y deja ver la amarga agonía del Señor en el Huerto. ¡Qué magna estampa! La tarde compañaba, el tiempo soleado permitió ver deslumbrar a la madre de la Soledad, otro portento en la calle, con un trono imponente que tallara junto con el del Señor, Manuel Martín González.



Continúa el trayecto del Señor hacia la Concepción, el Sol acompañó hasta la "hijuela" y regaló bellísimas imágenes.


Tras la estación Penitencial en la Parroquia, la cuál predicó un Franciscano, el Padre Francisco Ferreras OFM. Vicario del convento Franciscano de Santa Cruz de Tenerife, con motivo de los 500 años de la fundación del Convento franciscano de San Lorenzo (Actual San Francisco), comenzó la procesión de retorno ya a la luz de la noche.


Como de costumbre se procedió al responso por las almas de los fieles difuntos en la puerta del cementerio municipal y la magna entrada en San Francisco (con una destacable afluencia de público) al son de "Siempre Macarena".



Las tardes de Semana Santa fueron inaguradas anoche con la Soledad franciscana y la agonía de su hijo en Getsemaní. Continuamos la Pasión Villera.


*Redacción Pasión Villera*

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